miércoles, 17 de febrero de 2016

En la Cuerda Floja




Entrevista realizada por Alan Light para Spin Magazine, año 2000. Fotos de Taryn Simon. Texto original AQUÍ

El olor a carne curada flota en el aire. LeAnn Rimmes y Elton John cantan suavemente de música de fondo. Como anfitrión, una planta baja hosca, mesas de madera oscura, cuencos con encurtidos. No, no es ninguna húmeda y fría sandwichería de carne asada de Nueva York. Es el Greengrass Deli de la soleada Los Ángeles, el último sitio en el que esperarías encontrar a Fiona Apple, vegana declarada y activista a favor de los derechos de los animales. Pero aunque pasó gran parte de su niñez en Los Ángeles, y los últimos cinco años ha residido allí a tiempo completo, el trasplante desde Nueva York no funciona, lo que hace que sea tremendamente duro imaginar dónde nos sentamos y hacemos la entrevista. Apple se había estado dejando caer por mi hotel para ver a un amigo y caminaba arrastrando los pies por el vestíbulo. Sin representante, sin séquito, sobra decir que sin móvil (más tarde tendrá que buscar una cabina para llamar a su novio, el director/escritor de "Boogie Nights" Paul Thomas Anderson, para que le dé ánimos).Con su pelo suelto y desordenado y su cara sin una gota de maquillaje, Apple carece de las ideas estratégicas de agudo publicista destinadas a hacer que su aspecto resulte cool, aunque fuera uno con el que se sintiera cómoda. Así que, después de recorrer un trecho del West Hollywood sin rumbo, aparece el Greengrass Deli. Prácticamente, lo único que Apple puede pedir es un té con hielo.

"De verdad, es como que nunca sé dónde estoy" dice Apple. "No puedo viajar por mí misma. Me crea ansiedad lo de aprender a conducir. Siento que me enfadaría o que me pondría tan nerviosa que causaría el jodido accidente que ya he provocado en realidad. Sé que es molesto para mis amigos, pero a mí no me incomoda".

Apple no deja que toda esa ansiedad, ira o nervios le estorben para cantar o escribir canciones. De hecho, todas esas emociones destacan en el contundente nuevo álbum de sus nervudos 22 años, titulado "When The Pawn...". Hablaremos sobre el título después; ahora, digamos que la música de presentación no sólo cumple las promesas de su conmovedor debut y triple platino,"Tidal", sino que excede todas las expectativas. Tan maduro y reflexivo como su primer álbum, "When The Pawn..." es más rico, más centrado y, gracias en gran parte al productor y héroe del underground de Los Ángeles Jon Brion, con más textura. La fuerza del disco  no sólo muestra a una escritora mayor y más experimentada, sino que revela una renovada confianza en el estudio, que Apple acredita en gran medida a Anderson, de 30 años, su novio desde hace dos. […]

Por supuesto, la primera secuencia del fenómeno Fiona Apple va más allá de sus canciones. La baja calidad y la sensación de estar mostrando a una chica menor de edad como carnaza pornográfica en el vídeo de su éxito "Criminal", su tristemente célebre discurso conocido como "Este mundo es una Porquería" en los MTV Video Music Awards de 1997, y sus a veces descabelladas entrevistas (a menudo interrumpidas por ataques de llanto) quedaron indisolublemente relacionadas con su trabajo. Contando sólo con 17 años, cuando comenzaron las sesiones de "Tidal", Apple fue amada y vilipendiada, atacada y defendida, con idéntica pasión.

La mera idea de una joven con talento actuando de forma tan impredecible, sin miedo a parecer loca, pomposa, torturada o ambiciosa, parecía poner de los nervios a algunas personas. Sus poéticas y dramáticas letras hicieron de ella la voz de una nueva generación de fatalistas a lo Sylvia Plath, amada por chicas de instituto que engendraban foros sobre Apple en los que se leían cosas como "¡Creo realmente que Tidal salvó mi vida!". Otros, encontraron a una sexy y desamparada estrella de un gran sello discográfico protestando por la superficialidad de un mundo demasiado voraz. Apple contó recientemente en la MTV que el mayor equívoco sobre su imagen era verla como "una niña mimada y triste sin sentido del humor".

Para amigos y enemigos por igual, el contraste entre cortes avanzados como la gruñona "Sleep To Dream" o la melancólica y nostálgica "Shadowboxer" (canciones que  situaron a Apple directamente en la tradición de innovadoras pianistas como Nina Simone y Laura Nyro) y las torpezas adolescentes de su imagen pública la convirtieron rápidamente en la más fascinante rockera-en-la-cuerda-floja-que-lucha-para-avanzar. "Me encanta su 'no me adjudico ninguna jodida actitud'"- dice Missy Elliott.
Estos días, Apple se encuentra más lejos de los precedentes de su historia que de su discreción. Se exalta con la misma rapidez con la que se ríe, especialmente de sí misma. Para ser una mujer que dedica la mitad del álbum a advertir a sus amigos y amantes de que está "loca" o es un "desastre", (explicando que "ya es suficientemente duro incluso intentar ser cortés conmigo misma"), Apple parece bastante segura y serena en la conversación (aunque consigue meter la palabra "joder" cada dos frases).

Y tras mosquearse por la imagen que dieron de ella los medios de comunicación en los últimos tiempos y darse cuenta de que, en cierto modo, había colaborado en eso, su mayor obsesión es hacer las cosas exactamente como quiera, tanto en su vida como en su música.

Para bien o para mal, Apple presenta un marcado contraste con sus jóvenes contemporáneos del pop, un detalle que a ella no se le escapa. "Vale. Obviamente hay un montón de cosas que me fastidian de la música pop"- dice en un largo párrafo incendiario, muy en su estilo-"Pero no me molesta porque no me gusta, ¿sabes?. Lo que más me saca de quicio es que significa mucho para mí el hecho de escribir mis propias canciones. Y la gente que no escribe sus canciones tiene una voz jodidamente intensa, y son grandes intérpretes. Si no, ¿por qué estás ahí?. No estoy metiéndome con Christina Aguilera, porque parece que sabe cantar. Pero estuve leyendo que la gente que escribió su "Genie in a Bottle" decía algo como:' Era fenomenal que supiera cantar. No tuvimos que usar ningún control de velocidad'. Y eso me hace sentir como que, vale, si ese es el crédito que ella obtiene por no tener que usar ningún control de velocidad, entonces yo tengo un jodido mérito extra. Pero no se tiene más mérito por escribir cosas; incluso es algo en lo que nadie está interesado".

Apple llama más tarde para aclarar que de ninguna manera ha querido faltar al respeto a Aguilera con estos comentarios: "Lo último que quiero es decir algo que pueda herir a alguien" (nada sorprendente. Ella es de las que llaman a casa para dejar un mensaje porque "no es educado" interrumpirte en el trabajo). Pero es incuestionable que será un reto encajar las emociones a distintos niveles de Apple y sus sofisticadas armonías de jazz en un mundo esencialmente pop-rock dominado por la gratificación inmediata, con la inocente adolescente Britney por un lado y el aburrido sonsonete de Limp Bizkit por el otro.

La primera vez, Apple fue capaz de aprovechar los coletazos del momento Alanis-y-Lilith "Mujeres en el Rock" de mediados de los 90; ahora, ha grabado un álbum justo cuando las mujeres rockeras son prácticamente invisibles. "Es como si hubiera una reacción violenta contra un género musical al que nunca ha pertenecido", dice Andy Slater, que se convirtió en mánager de Fiona tras escuchar su maqueta de 14 canciones en una fiesta de Navidad. "Es sólo un género [el femenino] del que forma parte". (Sólo después de vender más de 100.000 copias en la sorprendente primera semana de lanzamiento de "When the Pawn", la radio recuperó el interés con "Fast as you Can").

Abandonamos el deli y atravesamos Sunset Boulevard en dirección a la tienda de Virgin. Mientras Apple tira de su chaqueta vaquera y se deshilacha un jersey verde más estrecho que su propia silueta, dice que no ha estado escuchando ningún tipo de música últimamente, ni antigua ni moderna. En la sección de vídeos musicales, mira con los ojos muy abiertos un mar de caras desconocidas, levanta un recopilatorio de rock cristiano y, apresuradamente, lo vuelve a dejar cuando comprende lo que es. Señala un vídeo de Ricky Martin. "Ahora, él puede actuar", dice, "Y probablemente no necesite ningún control de velocidad. No tengo nada contra él". La onda de energía que llega de reconocer a una estrella del rock atraviesa la tienda mientras bajamos las escaleras: los niños cuchichean y lanzan miradas. Un adolescente tembloroso se acerca a ella, aparentemente al borde de las lágrimas. Le suplica un abrazo y un autógrafo, y después le pide que escriba "algo inspirador". Ella se ríe tontamente y le dice que no - demasiada presión para ser profunda - pero coge sus datos y promete que le escribirá algo por e-mail más tarde. "Oí hablar sobre lo largo que es el título del álbum" balbucea el muchacho "Y entonces, cuando lo leí, al principio no entendí nada. Pero cuando lo leí por segunda vez me llegó totalmente". Después, pregunta inocentemente: "¿Por qué crees que te odia tanta gente?". En el mostrador, el empleado tiene sólo una pregunta. "¿De donde has sacado ese título?"- pregunta, sacudiendo la cabeza - "Cuando lo vimos en el catálogo dijimos '¿cómo lo vamos a clasificar'?".

Vale, sobre el título. Desde que Prince cambió su nombre por un símbolo, ningún artista ha sido tan ridiculizado por una extravagante decisión creativa. Apple comenzó a recitar el poema de 90 palabras en los escenarios de la gira de Tidal. Escribió este mensaje (ligeramente complicado y automotivador) en respuesta a lo que le pareció una cobertura injusta de su persona por parte de la prensa, concretamente, en el artículo de portada del número de noviembre de 1997 correspondiente a esta revista [Spin], en el que era citada diciendo cosas como "La mayor parte del tiempo estoy bajo el agua, y la música es como un tubo por el que puedo respirar el aire de la superficie" y "voy a grabar otro disco, hacer cosas buenas, ayudar a la gente, y luego me moriré". "Eso fue lo peor" - dice con brusquedad, todavía visiblemente enfadada - "Porque dije las cosas que aparecen ahí, pero no creo que baste con reconocer 'Bien, dije esas cosas y debería haber sabido que iban a salir a la luz'. Simplemente sentí que había caído en una trampa, que el ángulo del artículo estaba decidido de antemano, como 'sabemos que en algún momento dirá alguna locura'. Leo muchos artículos en los que la persona sale bien parada" - continúa - "y pienso 'oh, me gusta esta persona'. Entonces leo la historia otra vez y pienso en las distintas formas en las que, con los mismos elementos dados por el artículo, podría hacer que la persona pareciera espantosa. Me dan ganas de subirme al escenario y empezar a despotricar: 'Gente, no escuchéis, la prensa está llena de gilipolleces', aunque ahora soy lo suficientemente inteligente para no hacerlo".

Apple escribió el poema "When The Pawn" en su autobús de gira inmediatamente después de leer las cartas negativas que llegaron al director de Spin en respuesta a la historia que habían publicado. Pero sólo más tarde decidió convertirlo en el título del álbum. "Realmente, las razones por las que lo hice eran estúpidas" - dice algo exasperada - "Tenía la idea de usar mi DNI en la portada rodeado de las palabras más importantes. Sería como un 'que te jodan' al hecho de tener que poner una fotografía, porque las fotos del último disco me gustaron, pero cuando vi el CD terminado, había sido totalmente retocada. Me dio rabia que pareciera tan logrado. Así que, tíos, no volveréis a conseguirlo. No me tendréis ahí sentada intentando parecer guapa, no conseguiréis ese esfuerzo adicional". Desde entonces, Apple ha pensado en un título más simple que sería igual de efectivo: las fechas en las que comenzó y terminó la grabación. "Pero ahora parece como si estuviera intentando conseguir publicidad o decir algo al mundo. Y no era lo que quería. Hago cosas y salen mal. Desearía no tener que aguantar esto, porque no es tan importante para mí". Todo lo cual es muy típico de Fiona Apple. Tomar una llamativa y poco convencional decisión (decir en tus primeras entrevistas que la canción "Sullen Girl" trata de cómo fuiste violada a los 12 años; quedarte en ropa interior y encogerte en un armario para tu vídeo), y luego sorprenderte cuando esa acción se convierte en el foco de discusión por encima de la música excepcional que has creado. Sin embargo, su mánager, Slater, niega que esas elecciones sean completamente inocentes. "Dudo que sea una ingenua"- dice- "Creo que es muy consciente". A su productor, Jon Brion, le parece que "es consciente de las causas y efectos de las cosas, pero no es calculadora como mucha de la gente que está en la música pop. No tiene ningún problema en morder la mano que le da de comer si cree que no es buena".

Es esta tensión entre la integridad y la expectativa comercial, entre el impulso y el cálculo, entre la necesidad de amor de la audiencia y su rechazo, lo que guía los sentimientos ambivalentes que inspira Fiona Apple. Y aunque ella afirma que las canciones de desengaño, decepción y pérdida de "When The Pawn" no fueron escritas como respuesta a situaciones específicas, habla de los temas de la vida real más elocuentemente, y menos a la defensiva, en sus letras que en su conversación. En "A Mistake", canta "quiero hacer lo correcto, por supuesto, pero/¿quiero sentirme forzada a contestarte?, demonios, no". De hecho, las últimas palabras del álbum, que corresponden a la encantadora "I Know", son: "Y si se hace demasiado tarde/Para esperar a que descubras que me amas/Y me lo confieses/Está bien, no necesitas decirlo". Ella dice que no se había dado cuenta de la resonancia de estas líneas, pero no le sorprende. "Soy una jodida mocosa contradictoria la mayor parte del tiempo, excepto en mis canciones. Es el único momento en el que realmente puedo centrarme y decir 'Esta es la verdad sobre esto. Así son las cosas'. Y entonces lo escribo para conservarlo en mi memoria porque, en cuanto lo haya terminado" - rompe a reir - "empezaré a actuar como una idiota otra vez".
Tres días antes de que el álbum fuera grabado, todos lo elementos contradictorios de su percepción del público se agolpaban en su cabeza. Es una noche fría en Los Ángeles y estamos sentados en la piscina que hay detrás de la casa que comparte con su novio, escuchando a la cantante de big-band Helen Forrester. Tras una tarde estresante, Apple se permite un pequeño tequila; parece estar un poco más nerviosa que la tarde anterior en el deli. Se abraza a sus rodillas hablando bajito entre las mangas de su abrigo sobre lo que es ser el objeto de tanto desdén. "A veces pienso 'guau, hay gente que de verdad, de verdad, de verdad me odia', y eso sin tener contacto personal con ellos y sin haberles hecho nada. Lo que significa que hay algo odioso en mí para un determinado número de personas. No quiero simplemente pensar: 'Oh, la gente es estúpida, y odio a todos aquellos que me odian'. Pero tampoco quiero pensar que tienen razón al odiarme. Esto no significa que no sepa por qué pueden estar molestos conmigo" - continúa - "Es como que todo lo que saben sobre mí se reduce a una foto de cuarta categoría tomada por alguien. No sé qué hacer con esa clase de frustración. Como aquel chico de ayer, tú lo oíste, dijo '¿por qué la gente te odia?'. Me alegra que se preocupe, pero se hace raro que te digan algo así. Siempre lo he estado diciendo y la gente responde 'Oh, no es verdad', y yo, 'Escucha, no me ofende para nada. Sólo pienso que debería reconocerse de una jodida vez".

"¡A la de tres, quiero que todo el mundo diga que soy una jodida gilipollas!" - ordena Fiona Apple mientras graba un concierto para la MTV en un estudio de Nueva York. Es la primera vez que toca sus nuevas canciones delante de una audiencia, y suena impresionantemente fuerte después de dos años fuera de la carretera, conduciendo con seguridad arreglos difíciles y delicadas melodías. Es su puesta en escena la que aún necesita trabajar más. A menudo, en la última gira, los conciertos pinchaban por sus historias incoherentes y terriblemente largas. "Siempre sé a dónde quiero llegar, pero me enrollo demasiado. Doy muchos rodeos, nunca llego al punto, y al final olvido qué quería decir". Esta noche ha olvidado presentar a la banda, lo que ha provocado que la audiencia le reprenda por su "egoísmo". Los músicos, enfundados en trajes y sombreros, sonríen nerviosamente; les preocupa más terminar las nuevas canciones que el atrezzo.

"Me siento totalmente bajo control cuando canto" - dice Apple más tarde - "En cuanto no lo estoy, no sé qué decir ni cómo actuar. Pero prefiero no ser artificial, aunque me haga parecer mejor. Quizá es algo que necesito para seguir trabajando. Más o menos calculas 'Bien, seré yo misma y eso bastará', pero puedes ser tú misma y si alguien dispara la foto en el momento equivocado, suceden cosas negativas. Hay demasiadas cosas que nunca llegan a ocurrir como para preocuparse por ellas". Pero durante el making of de "When The Pawn...", Apple decidió que necesitaba preocuparse más por su trabajo. Hizo un decidido esfuerzo por tomar el control del proceso de grabación, en contraste con las sesiones de su debut. "Tengo una tremenda memoria para recordar lo que odié de las canciones del último álbum cuando estaban terminándose" - dice - "Muchas de las grabaciones fueron 'No sé, ¿tú qué crees que es mejor?. Adelante'. Suena un poco indeciso".

"En la primera grabación, había cierta discrepancia entre la Fiona con la que hablabas y la Fiona letrista" - dice Brion, que también ha trabajado con The Wallflowers y Rufus Wainwright - "Ahora, había más y más momentos en los que sonaba como la persona con la que he charlado y pasado el tiempo". Apple tuvo otra revelación viendo a Anderson en el set de "Magnolia". "Es la persona más detallista que he conocido nunca" - dice ella con una pequeña sonrisa - "Pero lo hacía bien. Y, a veces, yo soy un poco chapuzas con las cosas. Con el último álbum, no me dí cuenta de lo satisfactorio que es ser capaz de poner las cosas en orden". Anderson, que dirigió los vídeos de "Fast As You Can" y del nuevo single, el cabreado "Limp", dice que la diferencia era claramente visible. "Ella ha aprendido tanto...No es una curva de aprendizaje, es una línea recta. Ha sido capaz de juntar información, procesarla, de asegurarse de que la gente que la rodea no la ha estado engañando, y realmente, ha hecho su propio disco". Anderson añade que fue una ventaja contar con otro escritor en casa. "Podía coger los cuadernos que había por ahí tirados y robar sus líneas". La meta de Apple (asumir responsabilidades) se extiende, según ella, a los lugares en los que ha tenido los peores problemas. "Me he fastidiado a mí misma muchas veces sólo por dejar a las personas hacer lo que sea que estuvieran haciendo, pero no de forma victimista; no me daba cuenta de cuáles podrían ser las consecuencias. Como 'Sí, claro, hazme una foto así, lo que sea con tal de salir de aquí'. Lo que marca la diferencia es cuando te sientes responsable de algo de lo que estás orgullosa". Si hay una sola decisión que Apple desearía cambiar, es el vídeo de "Criminal" dirigido por Mark Romanek. Mientras que Slater, su mánager, considera el vídeo como un tributo al director Gregg Araki y al fotógrafo Nan Goldin, para la mayoría de los espectadores de MTV fue un espectáculo de sexo: una chica con los ojos muy abiertos y ligera de ropa, entre los desechos de la fiesta celebrada en un sótano revestido de madera, con aspecto culpable, quién sabe por qué ilícitas proezas. Era como si el tratamiento del vídeo fuera desarrollado a partir de la primera línea de la canción ("He sido una chica muy mala") sin escuchar la agresión depredadora y la ambivalencia sexual del resto de la letra. Este resultaría el momento distintivo de Apple.

"No me siento orgullosa de la basura que me hizo popular" - dice - "Me hace sentir realmente estúpida. Quería ser como cualquier otra chica de las que ves en los vídeos, y por eso es vergonzoso. Pero la forma en la que justifiqué el trato que se le dio a la canción fue pensando que iba de alguien que le cuenta a Dios un error que ha estado cometiendo. Y así, en realidad, creía durante un rato que el vídeo tenía sentido. Pero pienso que la cagué" - suelta una risa - "Es como que parecía jodidamente horrorizada. Parecía de verdad que estaba haciendo algo malo, en lugar de jugar con ello haciendo algún guiño. Simplemente no pude hacerlo". Y aunque los sentimientos de Apple respecto al vídeo son indudablemente sinceros, es mucho más fácil abjurar de las decisiones después de haber vendido tres millones de copias. Reparemos, sin embargo, en el improvisado vídeo de "Fast As You Can" y su rechazo a ser maquillada para las sesiones de fotos. [A continuación, la revista recuerda el improvisado discurso que Apple dio al recoger su premio en los MTV Video Music Awards de 1997, que transcribo aquí: "Maya Angelou dijo que lo mejor que podemos hacer, como seres humanos, es crear oportunidades. Y voy a aprovechar esta oportunidad. A todos los que estáis viendo esto: este mundo es una porquería y no deberíais modelar vuestra vida basándoos en lo que creéis que pensamos que es cool, en la ropa que llevamos, en lo que decimos, en todo. Sed vosotros mismos"]. ¿Pretencioso?. ¿Autobombo?. Quizá, pero recordemos que apenas tenía 20 años, y que si Steven Tyler hubiera dicho lo mismo, probablemente habría sido felicitado por defender la tradición del rock&roll del "que os jodan". A diferencia del vídeo de "Criminal", Apple considera orgullosamente que ese discurso fue un momento decisivo en el sentido positivo. "Nunca jamás me lamentaré de lo que hice" - dice tajantemente subiendo la voz - "porque me recuerdo sentada entre el público y decidiendo conscientemente que no sabía lo que iba a decir, pero que iba a expresar mis sentimientos. Estaba allí pensando 'Estoy en el instituto, estoy en una cafetería. Tengo que caminar entre gente que se está riendo de mí', en lugar de simplemente caminar y sentir como si hubiera sido intimidada de esa manera un millón de veces. No quería ser como era siempre. Este magnífico sentimiento de querer asumir la responsabilidad y tomar decisiones por mí misma sin sentir que tengo que ocultar mis emociones fue maravilloso. Ahora no tengo la sensación de ser el tipo de persona que nunca habla claro. Ya no tengo esa comezón". De hecho, hablar demasiado se convirtió en su tarjeta de presentación tanto como su sensual y prematuramente cómplice voz. Pero cuando vuelve a repetir lo orgullosa que está de "When The Pawn...", lo feliz que se siente de estar trabajando junto a sus amigos en los vídeos, cómo está poniéndose de acuerdo con sus sentimientos respecto a ser el foco de atención, está claro que el día ha merecido la pena. A menudo, es en los segundos álbumes donde las estrellas de rock resbalan y caen. Tras haber gastado todas sus energías en el primer disco, de repente, tienen que encontrarse con las expectativas artísticas y comerciales para escribir sobre la pesadez de las giras, para entregar algo que esté en el programa. Para Apple, la experiencia ha sido casi exactamente lo contrario a lo tan cacareado como la vuelta al segundo curso de instituto. "Me siento segura al saber que mi necesidad de reconocimiento no es tan grande" -  dice - "Es como si acabas de romper con alguien, y no lo has superado, y lo encuentras en un coffee shop, y te preocupas por tu apariencia o cualquier cosa. Pero una vez que lo superas, no te preocupa. Y no hay razón para volver a preocuparte. Sigue siendo tu ex, aún hiere tus sentimientos. Pero como no tienes esa necesidad ni esa inseguridad sobre tí misma, no te preocupa de la misma manera".

A principios de 1998, antes de que fuera al estudio para empezar a trabajar en lo que se convertiría en "When The Pawn...", Fiona Apple me contó: "Nada ha cambiado en mí. Sigo teniendo problemas con la gente, sigo necesitando escribir canciones. Si no lo necesitara, no encontraría el lado positivo a mis problemas. No valdría la pena". Oyéndola ahora, dos años después, uno se pregunta: ¿Quebrará su recién descubierta confianza la necesidad de escribir?. ¿Será capaz la pequeña Fiona, feliz al fin, de recurrir a esas emociones que la han ayudado a ser la mayor esperanza de los letristas de su generación?. "Si tuviera ese tipo de confianza y no hiciera tanto daño, entonces probablemente no escribiría, y eso no sería malo realmente. Pero siempre voy a ser una persona muy sensible. Siempre voy a sentir y a herir mucho y a estar preocupada por todo". Se detiene, y aparte del suave swing de la big-band que sale de su equipo de música, la noche de Los Ángeles está en calma. "Quizás ahora no esté tan avergonzada de ser como soy. Antes dije 'Quiero ser cool por estar triste'. Ahora me suena realmente raro. No quiero ser cool por estar triste. Sólo quiero serlo por estar bien".



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